Los motivos por los que pedir asesoramiento a una nutricionista no sólo se limitan al deseo de ganar o perder peso. Existen algunas situaciones y momentos muy concretos en los que es aún más importante hacer cambios en la alimentación. Uno de ellos es el embarazo. Ya que durante esta etapa no solo cambia el cuerpo, tanto interna, como físicamente. También la mujer tiene que adaptarse a este estado y cambiar sus rutinas, sus hábitos y su alimentación.
En este sentido es importante saber qué alimentos evitar en el embarazo para proteger al bebé y cuidar de nuestra salud. ¿Los conoces? Nuestra dietista en Guadix nos habla de ellos.
Huevos crudos o poco cocinados
Cuando los huevos no están cocinados debidamente pueden estar contaminados con salmonela. Esta infección puede dejar muy debilitada y deshidratada a la mujer. Así que el huevo crudo o poco cocido es uno de los alimentos a evitar en el embarazo.
A esto se añaden mayonesas y aliolis caseros, postres que llevan huevo crudo como el tiramisú o tortillas poco cocinadas.
Pescados azules de gran tamaño
El pez emperador, el atún rojo, la caballa real o el cazón son especies de pescado que pueden contener dosis demasiado elevadas de mercurio, un metal tóxico para las neuronas que puede resultar peligroso para la formación del bebé.
Por ello, los profesionales recomiendan a las embarazadas optar por otros tipos de pescado como la sardina o el pescado blanco.
Embutidos y carne cruda
Comer carne poco hecha durante el embarazo también puede poner en peligro la salud del bebé. Esto se debe a que la carne cruda puede contener un parásito que provoca la infección por toxoplasmosis a la embarazada.
Para que la carne sea segura debe estar cocinada bien, sin tener restos de sangre ni zonas rosadas. También es importante limpiar a conciencia las superficies que hayan tenido contacto con la carne cruda en su preparación.
Recuerda que hay otras alternativas para obtener las proteínas de la carne. Por ejemplo, se aconseja el consumo de legumbres, frutos secos, cereales y derivados de la soja.
Si se tiene antojo de embutidos y fiambres no cocidos, pueden congelarse para eliminar el riesgo de toxoplasmosis y así consumirlos con tranquilidad. Otra opción es comer jamón curado durante más de veinte meses.
Quesos mohosos y quesos sin pasteurizar
Los quesos azules como el gorgonzola y el roquefor, o los quesos blancos mohosos como el brie o el camembert, son menos ácidos y más húmedos que los quesos curados. Esto hace que sean un medio de cultivo ideal para bacterias dañinas como la listeria.
Esta, aunque no es una enfermedad muy frecuente, puede atravesar la placenta y provocar un aborto espontáneo o enfermedades graves en el recién nacido.
Lo ideal es consumir quesos tiernos, curados o semicurados o queso blanco tipo Burgos.
Pescado o mariscos crudos
Al igual que la carne, otros alimentos que debes evitar en el embarazo son el pescado y el marisco crudo. Tampoco se podrán consumir pescados ahumados o en salazón. El motivo de esta prohibición es el riesgo de listeria y anisakis.
En el caso de querer comer sushi habrá que preguntar en el restaurante si el pescado se ha congelado previamente durante 24-48 horas a -20º.
Cafeína y alcohol
No existe ninguna cantidad de alcohol que resulte segura consumir durante el embarazo. Esta sustancia aumenta el riesgo de aborto. Incluso en dosis pequeñas, puede afectar al desarrollo cerebral y causar defectos en el corazón.
Por su parte, la cafeína se absorbe rápidamente y llega hasta el feto, que no cuenta con las enzimas que se necesitan para metabolizarla. Esto puede generar que el bebé nazca con poco peso y que en el futuro pueda sufrir alguna enfermedad cardíaca o diabetes.
Así que si eres una amante del café, lo ideal es optar por el café descafeinado o por infusiones sin teína ni cafeína.