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La alopecia, entendida como la pérdida de densidad capilar, es un problema médico muy frecuente que afecta a más del 50% de hombres, y a un 30% de mujeres a lo largo de toda su vida. Al tratarse de una enfermedad que en muchos casos afecta a la calidad de vida de los pacientes, se debe considerar como una patología que va más allá del plano estético. Por lo que en todos estos casos en los que la alopecia se convierte en un problema de peso, se deberá recibir atención médica en una clínica de medicina estética o una clínica capilar.

Tipos de alopecia

La alopecia puede ser un proceso paulatino de componente genético, hereditario, o bien provocado por algún tipo de enfermedad. Aunque la alopecia más común es la androgenética, existen varios tipos como la cicatricial, la areata o la universal.

Todos los tipos de alopecia tienen unas características propias, por lo que para determinar cuál se padece y llevar a cabo un tratamiento eficaz para frenar la alopecia es necesario que siempre sean tratadas y estudiadas por un profesional dermatólogo.

Alopecia androgenética

La alopecia androgenética masculina afecta a aproximadamente el 75% de los hombres, siendo los más normal que comience a aparecer entre los 30 y 40 años. Aunque también puede iniciarse en la adolescencia.

Las causas de este tipo de alopecia son la predisposición genética y un aumento en la acción de las hormonas masculinas o andrógenos.
Por otro lado, la alopecia androgenética femenina puede darse en casi el 50% de las mujeres. Y suele aparecer con la llegada de la menopausia y la disminución de estrógenos (las hormas femeninas).

Alopecia cicatricial

La alopecia cicatricial es aquella que surge por la aparición de tejido fibroso cicatricial donde antes había folículos pilosos. Por lo que e es la presencia de estas cicatrices la que impide el crecimiento normal del pelo.

Este tipo de alopecia puede ser congénita o adquirida por traumatismos como quemaduras o cirugías; afecciones autoinmunes como el lupus; infecciones bacterianas o por hongos; procesos víricos o tumores.

Alopecia areata

Este tipo de alopecia afecta al 2% de la población aproximadamente, con problemas de pérdida de pelo y suele aparecer al rededor de los 20 años.

Con la alopecia areata los pacientes pierden zonas concretas de pelo en cualquier parte del cuerpo, aunque lo más común es que sea en cabeza y barba. Este problema puede aparecer por herencia o por problemas psicológicos como el estrés o la depresión. Tras un buen tratamiento para la alopecia, en estos casos los pacientes vuelven a recuperar su pelo.

En algunos casos, cuando la alopecia areata no se trata , o se trata de forma no efectiva, puede evolucionar rápidamente en alopecia universal; que se caracteriza por la pérdida del cabello de todo el cuerpo.

Tratamientos para combatir la alopecia

El mejor tratamiento para combatir la alopecia variará en función del tipo de alopecia. Por lo que antes de empezar el tratamiento es necesario un diagnóstico en una clínica capilar o de medicina estética especializada.

Bioestimulación con factores de crecimiento contra la alopecia

La bioestimulación para tratar la alopecia es un tratamiento que trata de llevar los principios activos a las capas más profundas de la piel. De esta forma aumenta la formación de vasos sanguíneos y la iirrigación del folículo polioso.

Es un tratamiento especialmente eficaz en las fases preventivas y de iniciación. Es decir, cuando no se observa pérdida masiva de pelo pero si aumento de caspa o grasa en el cuero cabelludo. O bien cuando comienza la pérdida de cabello de forma acelerada en algunas zonas.

Mesoterapia para combatir la alopecia

La mesoterapia consiste en la inyección intradérmica de medicamentos y sustancias como aminoácidos, vitaminas y minerales. Y en este caso, tiene la función de luchar contra las patologías capilares y reactivar los folículos pilosos.

Carboxiterapia contra la alopecia

Este tratamiento de medicina estética consiste en realizar infiltraciones intradérmicas subcutáneas de dióxido de carbono. Este componente permite mejorar la circulación del cuero cabelludo y mejora el crecimiento del pelo.

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