Empezar una dieta es algo sencillo que todos hemos intentado alguna vez para perder la grasa que nos sobra, definir mejor el músculo o incluso ganar algo de peso. Sin embargo, lo difícil viene cuando hay que mantener la dieta en el tiempo y no saltársela a primera de cambio. Es aquí cuando la fuerza de voluntad da sus frutos y marca la diferencia entre una dieta exitosa y un fracaso más que se suma a todas esas veces que decidimos tirar la toalla antes de alcanzar nuestra meta.
1 Déjate asesorar por una nutricionista profesional
En Clínica Parra Vázquez ofrecemos un servicio profesional y personalizado de nutricionista en Granada. La ayuda de esta especialista no sólo es fundamental para poder empezar una dieta que se adapte por completo a nuestras necesidades personales y a nuestro tipo de metabolismo; sino que también es clave para no abandonar una dieta sin más.
Nuestra nutricionista se encarga de hacer un seguimiento al paciente de manera online. Gracias a este seguimiento el paciente no sólo podrá valorar sus avances y sentirse más motivado con seguir la dieta. Sino que también se podrán ir cambiando las cosas que parecen no estar funcionando o incluso ir haciendo modificaciones para que el plan de alimentación sea menos monótono o aburrido. Y por si estos motivos fueran poco, entra en juego el factor económico. Ya que al estar pagando por seguir una dieta, muchas veces el paciente se ve más motivado para poner de su parte y no rendirse antes de tiempo.
2 Marcate unos objetivos realistas para no abandonar una dieta a las pocas semanas
Uno de los grandes fallos al empezar una dieta es no tener en cuenta nuestras características personales, nuestro metabolismo o morfología. Esto, además de que puede llevarnos a poner en peligro nuestra salud, puede impedirnos ver resultados y por lo tanto, abandonar la dieta más pronto que tarde.
A veces nos empeñamos en alcanzar un objetivo que no se adapta a nuestras capacidades. Por ejemplo, a veces la estructura ósea impide que nuestro cuerpo se vea tal y como nos gustaría al 100%. Y otras veces, para alcanzar algunos objetivos más complicados, es necesario seguir una dieta durante años y combinarla con los ejercicios adecuados; algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer.
Si los objetivos no son realistas, lo normal es que la desmotivación llegue muy pronto y no se tengan ganas de seguir con la dieta. También es importante que la dieta que se siga sea equilibrada. Ya que si es demasiado drástica se puede sufrir el temido efecto rebote.
3 No te obsesiones con la báscula
Cuando se empieza una dieta y se combina con ejercicio es normal que se incremente la masa muscular. Por lo que a pesar de perder grasa y volumen corporal, puede que tu peso se mantenga o incluso aumente un poco. Esto se debe a que la grasa abulta más que el músculo.
Por eso, no se recomienda pesarse a diario o dejarse llevar sólo por la báscula. Lo ideal es llevar un calendario de mediciones de distintas partes del cuerpo a la semana para ir viendo la progresión con el tiempo.
Aunque lo ideal es que disfrutes del proceso y vayas comprobando en el espejo y en la ropa los cambios que se están dando en tu cuerpo.
4 No renuncies a toda la grasa de tu dieta y realiza varias comidas ligeras
Algunas grasas, además de ser saludables, nos ayudan a sentirnos saciados y satisfechos. Por eso es importante que la dieta incorpore las cantidades adecuadas de grasa buena. Esto te ayudará a no abandonar una dieta y a sentir menos ansiedad por la comida.
También es importante tener a mano snacks sanos bajos en calorías para comer entre horas o hacer cinco comidas ligeras para sentirnos más saciados y no echar mano de los alimentos prohibidos. Por ejemplo, pueden ser una buena opción las lonchas de pavo, yogures desnatados o fruta.