Aunque agosto llega a su fin, ¡nos queda buen tiempo para rato! Así que si tus vacaciones empiezan ahora, o quieres seguir disfrutando algunos fines de semana más de las bondades del mar y la playa, seguro que te interesa conocer un poco más sobre los beneficios de caminar descalzo por la playa y cómo hacerlo de manera adecuada para no poner en riesgo el estado y salud de tus pies. Ya que aunque se trata de una actividad relajante y beneficiosa para algunas personas, no siempre es la más adecuada.
Descubre en este otro post los consejos de nuestro podólogo en Guadix para hacer frente a los problemas de los pies más frecuentes en verano.
Diferencias entre caminar descalzo por la arena y caminar por la orilla de la playa
Para saber si caminar descalzo por la playa primero hay que tener en cuenta que no todos los tipos de superficies son iguales de beneficiosas ni obtienen los mismos resultados en nuestros huesos y musculatura.
Caminar por las playas de arena blanda de zonas como Almería, Huelva o Cádiz supone un gran esfuerzo muscular para mantener la estabilidad del cuerpo. Principalmente en la articulación del tobillo. Por lo que aunque a veces esto pueda ser bueno para la rehabilitación o fortalecimiento de ciertas estructuras, en otros casos puede ser causante de lesión.
Por otro lado, la elevada capacidad de amortiguación de esta actividad es positiva a la hora de proteger nuestras articulaciones de los impactos. Pero a la vez genera una tensión mayor tanto en la planta del pie, como en la musculatura de la parte de atrás de la pierna. Esto puede generar algunas lesiones como fascitis plantar, sobrecargas en gemelos, problemas en tendón de Aquiles, etc…
Así que si no quieres echar tus vacaciones a perder por culpa de una lesión indeseada, y no estás acostumbrado/a a grandes esfuerzos al andar, mejor no abusar de esta actividad y evitar andar mucho rato por arena seca.
Contraindicaciones de caminar descalzo por la playa
En este punto nos centramos en caminar descalzos por la orilla de la playa, donde la arena presenta una mayor consistencia. En estos casos el pie no sufrirá su hundimiento ni se tendrán problemas de estabilidad, ya que en esta zona la arena es más compacta y estable.
No obstante, nos encontramos con el problema de la inclinación del terreno, lo que a su vez provoca un desequilibrio en nuestro cuerpo, obligando a nuestras articulaciones a trabajar en una angulación anormal. Esto hará que una de las piernas tenga que soportar más peso que la otra. Además, uno de nuestros tobillos tendrá que caminar ‘doblándose’ hacia fuera, mientras que el otro lo hará ‘doblándose’ hacia dentro.
Lo ideal es que antes de irte de vacaciones te pases por la consulta del podólogo para hacerte un estudio de la pisada y descartar posibles problemas que puedan generarte una lesión. Especialmente porque el uso de calzado hace que el resto del año trabajemos los pies de una manera muy diferente a como hacemos en verano, cuando andamos descalzos por la playa. Así que, a partir de cierta edad, es importante ser precavidos y ‘andar con cuidado’.
Los niños, los grandes beneficiarios de andar por la playa descalzos
A diferencia de lo que ocurre con los adultos, para los niños pequeños andar descalzos por la playa puede ser muy beneficioso. Ya que esta actividad aporta diversos beneficios físicos y cognitivos, favorece el desarrollo emocional, mejora su postura y les evita futuras lesiones.
Por eso, nuestra podóloga recomienda que los niños de corta edad anden descalzos por la playa para experimentar y desarrollar la sensibilidad al tacto y a la temperatura de la arena. Además de disfrutar y divertirse a lo grande, caminar descalzos les permite desarrollar la musculatura del pie y formar el arco plantar.
Eso sí, en cualquier caso, es importante evitar las horas de más sol y aprovechar las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.