Durante el resto del año el frío hace que protejamos los pies con mimo y cuidado, pero en verano ocurre totalmente lo contrario. Al llevar menos ropa, no utilizar las zapatillas adecuadas y no protegerlos como se debería, los pies son uno de los puntos débiles del cuerpo humano durante la época estival.

Si a esto se le suma la exposición a la arena de la playa y otras superficies que pisamos descalzos, las largas caminatas y otras actividades al aire libre, llegamos a la conclusión de lo importante que es cuidar esta parte de nuestro cuerpo en estas fechas.

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¿Qué podemos hacer para que proteger nuestros pies en verano?

1 Utiliza el calzado adecuado para cada momento

Las chanclas de dedo son una opción muy económica y fresca, pero su uso debe limitarse exclusivamente a momentos concretos en los que estamos en la piscina o la playa, nada de andar con ellas largas caminatas. No obstante, lo ideal es evitarlas por completo, ya que estos modelos provocan un mal apoyo del pie. Al ser un calzado tan fino e inestable hace que caminemos de forma irregular, pudiendo sufrir lesiones musculares como esguinces o torceduras.

Por otra parte, un calzado inadecuado puede originar la aparición de ‘fascitis plantar’, una dolencia que inflama el pie y produce dificultad a la hora de andar.

Desde Clínica Parra Vázquez, expertos en podología, recomendamos utilizar calzado que se sujete al tobillo.

Para viajes y largas caminatas se debe evitar estrenar calzado.

2 No andar descalz@

Andar descalzo no es una buena idea, aunque sea en la playa o en la piscina. La Asociación Americana de Medicina Pediátrica aconseja limitar la frecuencia con la que se camina descalzo, ya que esto podría aumentar el riesgo de sufrir quemaduras, verrugas plantares, pie de atleta, infecciones por hongos, heridas y picaduras en los pies.

Existen calzados con los que podemos incluso meternos en la playa y disfrutar del mar a la vez que cuidamos nuestros pies.

3 Hidratación extra

Aunque conviene hidratarse adecuadamente durante todo el año, en verano aún más. Beber agua con frecuencia y cuidar la cantidad de sal que ingerimos también beneficia a los pies, ya que aumenta la flexibilidad de los mismos y produce una correcta higiene de toxinas. Por otra parte, una buena hidratación puede disminuir la hinchazón e inflamación propia de las altas temperaturas.

4 Utiliza el cortauñas con cuidado

Al dejar las uñas a la vista con más frecuencia en verano, muchas personas tratan de esmerarse más en acicalar sus pies y sus uñas. Como consecuencia, a menudo se produce un exceso en el apaño, lo que puede dar rienda a problemas como uñas encarnadas y riesgo de infecciones por hongos y bacterias a través de heridas producidas en las uñas o en zonas periungueales.

5 Visita al podólogo para prevenir posibles problemas y tratarlos a tiempo

Al igual que cada dolencia tiene un experto concreto, en el caso de los pies los podólogos son los especialistas adecuados para protegerlos, curarlos y dar las pautas adecuadas para un buen mantenimiento de los mismos.

Si sufres algún tipo de lesión muscular en esta zona o de cualquier otro tipo en la piel, no lo dejes pasar y busca atención médica cuanto antes.

En verano son más frecuentes las visitas por eccemas, verrugas de origen diverso, fascitis plantar, quemaduras por falta de protección, uñas encarnadas y picaduras de diversa índole.

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